Cae la noche devorando los ultimos vestigios de sol. A lo lejos, entre las montañas se asoma la luna de plata bañando con su luz la Madretierra. Es alli donde comienza el viaje hacia el interior de uno mismo, a escarbarse bien adentro y tratar de sobrevivir y aprender a convivir con nuestras miserias, se siente en el aire ese humo dulzon de nuestros ancestros que desde lo alto guian nuestros pasos hacia lo infinito.
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